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Reciclaje
Por donde comenzar
La masiva fabricación de neumáticos y las dificultades para hacerlos desaparecer, una vez usados, constituye
uno de los más graves problemas medioambientales de los últimos años en todo el mundo. Un neumático necesita grandes cantidades
de energía para ser fabricado -medio barril de petróleo crudo para fabricar un neumático de camión- y también provoca, si
no es convenientemente reciclado, contaminación ambiental al formar parte, generalmente, de vertederos incontrolados.
Existen métodos para conseguir un reciclado coherente de estos productos pero faltan políticas que favorezcan
la recogida y la implantación de industrias dedicadas a la tarea de recuperar o eliminar, de forma limpia, los componentes
peligrosos de las gomas de los vehículos y maquinarias.
• Para eliminar estos residuos se usa con frecuencia la quema directa que provoca graves
problemas medioambientales ya que produce emisiones de gases que contienen partículas nocivas para el entorno, aunque no es
menos problemático el almacenamiento, ya que provocan problemas de estabilidad por la degradación química parcial que éstos
sufren y producen problemas de seguridad en el vertedero. • Las montañas de neumáticos forman arrecifes donde la
proliferación de roedores, insectos y otros animales dañinos constituye un problema añadido. La reproducción de ciertos mosquitos,
que transmiten por picadura fiebres y encefalitis, llega a ser 4.000 veces mayor en el agua estancada de un neumático que
en la naturaleza.
En la actualidad se pueden utilizar diversos métodos para la recuperación de neumáticos
y la destrucción de sus componentes peligrosos. El sistema de tratamiento puede convertir los neumáticos en energía eléctrica.
Termólisis Se
trata de un sistema en el que se somete a los materiales de residuos de neumáticos a un calentamiento en un medio en el que
no existe oxígeno. Las altas temperaturas y la ausencia de oxígeno tienen el efecto de destruir los enlaces químicos. Aparecen
entonces cadenas de hidrocarburos. Es la forma de obtener, de nuevo, los compuestos originales del neumático, por lo que es
el método que consigue la recuperación total de los componentes del neumático. Se obtienen metales, carbones e hidrocarburos
gaseosos, que pueden volver a las cadenas industriales, ya sea de producción de neumáticos u a otras actividades.
Pirolisis Aun
está poco extendido, debido a problemas de separación de compuestos carbonados que ya están siendo superados. Según los datos
de la empresa Chemysis SA.
Este procedimiento (fabrica piloto) está operativo en Taiwán desde 2002 con cuatro líneas
de pirolisis que permiten reciclar 9000 toneladas / año. En la actualidad el procedimiento ha sido mejorado y es capaz de
tratar 28.000 toneladas de neumáticos usados/año, a través de una sola línea.
Los productos obtenidos después del proceso
de pirolisis son principalmente: Gas similar al propano que se puede emplear para uso industrial / - Aceite industrial liquido
que se puede refinar en Diesel. / Coke / Acero.
Incineración Proceso por el que se produce la combustión
de los materiales orgánicos del neumático a altas temperaturas en hornos con materiales refractarios de alta calidad. Es un
proceso costoso y además presenta el inconveniente de la diferente velocidad de combustión de los diferentes componentes y
la necesidad de depuración de los residuos por lo que no resulta fácil de controlar y además es contaminante. Genera calor
que puede ser usado como energía, ya que se trata de un proceso exotérmico. Con este método, los productos contaminantes que
se producen en la combustión son muy perjudiciales para la salud humana, entre ellos el Monóxido de carbono - Xileno Hollín
- Óxidos de nitrógeno, Dióxido de carbono -Óxidos de zinc Benceno - Fenoles, Dióxido de azufre - Óxidos de plomo, Tolueno.
Además el hollín contiene cantidades importantes de hidrocarburos aromáticos policíclicos, altamente cancerígenos. El zinc,
en concreto, es particularmente tóxico para la fauna acuática. También tiene el peligro de que muchos de estos compuestos
son solubles en el agua, por lo que pasan a la cadena trófica y de ahí a los seres humanos.
Trituración criogénica Este
método necesita unas instalaciones muy complejas lo que hace que tampoco sean rentables económicamente y el mantenimiento
de la maquinaria y del proceso es difícil. La baja calidad de los productos obtenidos y la dificultad material y económica
para purificar y separar el caucho y el metal entre sí y de los materiales textiles que forman el neumático, provoca que este
sistema sea poco recomendable. .
Trituración mecánica Es un proceso puramente mecánico y por tanto los productos
resultantes son de alta calidad limpios de todo tipo de impurezas, lo que facilita la utilización de estos materiales en nuevos
procesos y aplicaciones. La trituración con sistemas mecánicos es, casi siempre, el paso previo en los diferentes métodos
de recuperación y rentabilización de los residuos de neumáticos.
Neumáticos convertidos en energía eléctrica Los
residuos de neumáticos una vez preparados, puede convertirse también en energía eléctrica utilizable en la propia planta de
reciclaje o conducirse a otras instalaciones distribuidoras. Los residuos se introducen en una caldera donde se realiza su
combustión. El calor liberado provoca que el agua existente en la caldera se convierta en vapor de alta temperatura y alta
presión que se conduce hasta una turbina. Al expandirse mueve la turbina y el generador acoplado a ella produce la electricidad,
que tendrá que ser transformada posteriormente para su uso directo.
Usos tras el reciclado Los materiales
que se obtienen tras el tratamiento de los residuos de neumáticos, una vez separados los restos aprovechables en la industria,
el material resultante puede ser usado como parte de los componentes de las capas asfálticas que se usan en la construcción
de carreteras, con lo que se consigue disminuir la extracción de áridos en canteras. Las carreteras que usan estos asfaltos
son mejores y más seguras.
Pueden usarse también en alfombras, aislantes de vehículos o losetas de goma. Se han usado
para materiales de fabricación de tejados, pasos a nivel, cubiertas, masillas, aislantes de vibración.
Otros usos son
los deportivos, en campos de juego, suelos de atletismo o pistas de paseo y bicicleta. Las utilidades son infinitas y crecen
cada día, como en cables de freno, compuestos de goma, suelas de zapato, bandas de retención de tráfico, compuestos para navegación
o modificaciones del betún.
El Instituto de Acústica del CSIC ha desarrollado un proyecto para la utilización de estos
materiales en el aislamiento acústico. El interés en la utilización de un material como el caucho procedente de los neumáticos
de desecho para material absorbente acústico se centra en que requiere, en principio, sólo tratamientos mecánicos de mecanizado
y molienda. Estos tratamientos conducen a un producto de granulometría y dosificación acorde con las características de absorción
acústica de gran efectividad.
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